AMATORIOS HALAGOS DE LA PALABRA...

MEDIOEVO


Un lamento creído
por tan pocos,
por sólo uno,
yo,
tejido como salmo por las manos,
entre aguadas oraciones
y gestos de dolor
sin bautizo,
deberá ser enmarcado,
puesto con nombre propio
en nuestro cuarto
y mostrado
al que sea,
al que llegare de improviso
cual si fuera un trofeo decorado
por vencer lo invencible,
por salir del olvido
por propia mano impuesto
renacido, 
roto cerrojo que antes fue candado al cuello
cerrado monumento,
por haber puesto al amor
por fundamento
y comprobar que es sólo
un aderezo, 
del mejor plato si pero sólo eso...

Un lamento olvidado,
porque quien torna vivo del infierno,
se ocupa de muy bien narrar el cuento
a los primeros tres,
o diez,
o cien, 
pero de ahí para allá
hace apenas resumen...
Cuenta lo que pasó
como si de otro
un recuerdo recordara,
de un tercero,
o acaso de un querido familiar,
sin extenderse,
ha de estar ocupado en el presente,
incluso si otro amor se le atraviesa,
ya no será galante ni otra pieza
de justa cacería consentida,
su alminar sobre torre ha construido
y es seguro el cerrojo
de su bello aposento,
al que quiera la llave 
sólo tiene permiso para usarla
cuando caiga la noche,
y su silueta amada debe irse
cuando surja la luz por la ventana
y por obra del amor el día nazca...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor

Comentarios

  1. En esta pieza que es asi perfecta y no precisa más pulido que el que le dan los ojos, se muere y resucita varias veces y al finas, se puede escuchar el saxo... toca el blues preciso, bellisimo1

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  2. morir, renacer, morir, dejar el sol, la luna en la ventana, la puerta, el corazón, la sala, vivir, fue y será siempre, algo más que una palabra...BESO.

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  3. Hiladas las palabras dijo alguien, al pie de los ovillos, su cansada suerte vuelta de espaldas, allí consciente, mirándole, mirándolas...Que bellas, las palabras heridas pero vivas...ya vendrá su salud en el silencio, ya tornará el color en acabados perfectos, en que lugar y tiempo no puedo decirlo, pero sólo presentirlo deja al huso del quehacer de decirlas , sentirlas y pensarlas, al lado de su sombra, allí dormido...

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