ENTRE ORACIONES / Poesía de José Ignacio Restrepo

INSISTENTE


¿Qué si no existe la arboleda que soñabas,
y esa sombra que al calor le de respiro
solo es un espejismo derivado
del cansancio tras los días solapado,
que te aguarda cada tarde
para darte esa siniestra medicina
que se llama desespero interno,
pues te  avisa en medio de este tedio
que todo lo aprendido era un ritual,
un elogio a la mentira desigual,
y no esos remedios salvadores
que presumían padres mediadores
ignorantes del antes y el después,
soñadores de fines y principios
para el mundo al revés?

¿CUÁNDO SERÁN SAGRADAS LAS PREGUNTAS,
Y LAS RESPUESTAS SANTUARIOS DE SILENCIOS
DONDE DUERMAN SENDEROS COMO ESTOS
EN QUE PIERDE LA RUTA EL PASO FIRME?

Vuelve tu rostro al horizonte lejos,
no temas quedarte a ojo cerrado
bajando por incierto acantilado,
tomada una mano de la otra,
mientras grita a tu lado el universo
con sus hijos de miel,
y sus seres sin nombre bautizado,
por doctores de nada...
Ves la ruta que no mora en los mapas,
oh divino tesoro tierra intacta,
estepas, llanuras, mares y desiertos,
todos llevan tu nombre entre su sino,
porque eras un hombre corrompido,
y temías al eco de tu voz
como si fuera el sonido enajenado
de animal salido del diluvio,
y ahora te has dado por vencido
y vuelves a la tierra de tus padres,
las aves, los anfibios, vegetales,
que te dejaron su rastro hace milenios
para este día bendito inolvidable,
el día de retomar el viaje
con tu silencio interno como guía...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Comentarios

  1. y de todo cuanto dijo Zaratustra y quedó en los cajones olvidados, qué testimonio tan logrado poeta, que no es orar sino dar la vuelta y entender, que el camino de regreso siempre pasa por sentir la tierra bajo los pies, tener el cielo como techo y la historia como brújula, la buena fe en el pecho y lo verdaderamente sagrado en la memoria, somos camino, no hay otra cosa, seguirlo recto es del valiente tarea, mostrarlo es cosa de sabios y poetas, véase tu caso, este poema es inmenso Jose Ignacio. Besos siempre prendados y prendidos de tu palabra.

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    1. Cómo mi espíritu lentamente re agradece, pues no tengo más aula que esta casa, mis reductos de sales y de brillos, que en nada escatimo compartir, como lo sabes desde que hubo hiel para vestir de azúcar, y sol casto entre vos y yo, que pueda conversar con nosotros del calor inmenso del cosmos, antes que se haga noche dentro nuestro...Cómo me nutre tu abrazo sin medida, el que expreses tu criterio amigo en la ventana persistente de este sitio, me das de tu alimento necesario, y yo inmensamente lo agradezco, querida Carmen Soriano, Juana de Arco de mis quehaceres en este mundo...!!!

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