DE NUEVO, SOY TESTIGO DE LA MUERTE / Poesía de José Ignacio Restrepo



POR RÉQUIEM


Y miro mis pies del tiempo atados
cuando ante los recuerdos no hallo el qué,
de los motivos ya reconocidos
como bienes ajenos sin sentido,
para echarlos a andar inútilmente,
podría haber escrito nuevamente,
pero no tengo paz,
no tengo paz,
para salir a socorrer a mi destino...

Hoy, este instante
 frente al espejo solo hierve
y  desatino,
sé bien quiere llamarse
o corcel de intrépida agonía,
y llanura por sentir a sus encuentros,
llanuras de sombríos horizontes
sin barreras
que eviten el galope...

Me hallé cara con cara hoy otra vez,
con esa vieja hedionda conocida,
y me dijo te sigo,
no te olvides,
y cuídate de mi sobre las curvas,
tenme presente para no llegar
a ser antes de tiempo
un nuevo ausente,
que se quedó sin vivir un día más...

No queda más que verla
frente a frente,
sonreírle del modo que ella hace,
con media boca mostrando que sufre
del mal de los amados descuidados
que nunca cepillaron con amor
los dientes que le dieron regalados,
y sin poner cuidado
los fueron dejando
en cualquier parte,
igual que dejas hoy
amigo bueno,
la vida, 
-ese corto tesoro
 brillante como sable de oro,
salino como mensaje
hallado en playa,
adentro de una botella,
que no tiene acaso
ni una marca-

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

Comentarios

  1. Sólo hay una Paz que compensa, búscala...
    La vieja perseguidora de sueños, esa que deja escapar por rendijas, el hedor profundo de los tragados sueños de otros que lleva muertos, ignórala...
    El miedo es su alimento, el recuerdo de sus haberes, su mejor condena sobre los que llevamos el libro de los sincuento...
    Si te abrazo, tal vez pase...
    Siquiera poder darle sustento a tu esperanza que se arrellanó en el olvido. Sé fuerte, yo lo he sido.
    Hermánate en mis letras y empáchate de bríos!
    Ahora...

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