SOLEMOS AMAR DE LEJOS / bienvenida Luisa Margarita...




LA VENTANA AZUL


Por la ventana azul se veía el puente, era largo y estrecho. Aquel día, en que una oleada de lluvia se veía claramente con su manto oscuro, el hombre llego a la misma punta y se quedo absorto. 

Yo, que lo observaba entretenida, temí algo desconcertante, no se, fue un presentimiento que me atenazo el corazón. 

Así que lo mire sin apartar mis ojos, queriendo transmitirle mi inquietud. El hombre se rascaba la cabeza, meciéndose el cabello ralo que sobresalía en su ancha frente y que por momentos creí se iba a arrancar. Tal vez tenia una deuda de juego, pensé, o le iban a quitar su casa, o había perdido a su familia...con seguridad algo grave era porque su conducta denotaba una total ausencia de equilibrio.

Cuando la llovizna comenzó  el ya era una mancha en la quietud, casi un espejismo entre las sombras que se avecinaban. Las gotas lo empaparon rápidamente y el no intento protegerse.

Entonces fue que ocurrió lo que aun hoy me hace pensar. Había escampado un poco, las nubes negras se mezclaban con un atardecer de llanto, rojos los bordes del cielo se había hecho un largo camino que llegaba al agua y se observaban delfines saltar alegremente. Y, justo en ese instante repare en la maleta que tenia en su mano derecha (que se había escapado a mi curiosidad) y que en un abrir y cerrar de ojos abrió para sacar algunos objetos. Creí ver cuchillos, venenos, sogas, todo tipo de artículos para ocasionar la muerte, sin embargo y lo confieso ahora, eran solo pinceles, pinturas, lienzos y un pequeño caballete. En un santiamén  el hombre, motivo de mi estancia en aquel lugar, y que yo había seguido con mi mirada insistente durante horas, angustiada por su angustia, desplegó ante mi asombro toda su destreza. Para verlo con exactitud, busque mis sofisticados prismáticos y se que el no pinto el paisaje como hubiera sido lógico  según mi modesto entender. El, y aun hoy estoy boquiabierta, pinto el cuerpo lleno de luz de una placida mujer que desde un puente largo y estrecho contemplaba otra mujer que la vigilaba desde una ventana azul!

Luisa Margarita García 
24/02/13

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