RIGORES QUE NO DEJAN DESAZÓN / Poesía de José Ignacio Restrepo


BARDO SIN PENAS


Solo es la tarde
que me llama con sus hojas,
cayendo de ese alto rododendro
que ha terminado adoptando mi mirada,
como se hace con las almas expatriadas,
que huyeron de su universo originario,
para llegar sin orden al santuario
donde nada conocen,
ni desean...

El alto palo resuella contra el viento, 
y son las hojas más viejas las heridas,
saltan al vendaval tierno y pequeño,
como si fueran voladoras o suicidas,
y todo luce trivial y semejante
a esas historias que veo en las mañanas,
los colegiales que van hacia la escuela
llevando sueños que no bien necesitan
anclados entre bromas por sus padres,
que nada saben de porvenires angustiados,
y solo guían el barco
por estrellas que rara vez advierten,
y que son solo faroles trastocados,
colgados por insomnes
en el cielo...

Pardas las ansias 
por llegar a tiempo,
a estaciones que se piensan ya temibles,
mientras el palo entero se deshoja
yo sorbo lo que queda de mi tinto,
y destapo correctamente
otra botella...
Queda mucho del cielo por mirar,
esta noche promete que podré
rayar sentencias breves en papel,
y descubrir por fin otros faroles,
que en vidas anteriores
yo colgué...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Comentarios

  1. Preciosos recuerdos que no olvidamos nunca, la niñez , ilusiones de juventud que muchas veces no se cumplen o cambian pero que son sueños que siempre recordamos y nos inspiran en nuestro presente, preciosas letras querido poeta, un abrazo.

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    1. El don alado de narrar aquello que es frecuente, que otros han vivido igual que uno, en diferente forma, deja una talla sencilla aquí en mi espíritu, que podéis ver cada día, desde la reja virtual de estos poemas...Celebro siempre tu llegada, y te dejo aquí mi abrazo...

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