ANTE EL SOL QUE NO ALCANZA A QUEMAR / Poesía de José Ignacio Restrepo

SOLO


No valen los pasos de un hombre
ese corte de alambrada angustia
que intenta decir en la arena
aquello que nadie allí entiende,
mientras caen goteras oscuras
de la mancha alargada a cuchillo,
ni cuesta lo mismo ese banco
que mira al sol de la tarde
y está desde siempre larvado
de sombras antiguas, dolores,
de ajados mugidos y sables
que acaso allí nadie distinga
cuando hoy todo se tiñe de rojo
y el aire está pleno de gritos...
No puede el vaivén sin sorpresa
del trapo que llaman muleta,
venir esta tarde a angostar
los días y noches sin hora
vividos con fe en la floresta,
ni puede la sangre que nubla
la frente astada y perfecta,
birlarle recuerdos de vida
por esta salvaje agonía
que libra en el cruel redondel,
que no está en las tierras del amo,
ni en este correr y salvarse
siguiendo el llamado forzado
de ese otro vestido de luces,
que está siempre allí frente a él,
pues el es un toro de amores,
posó para diez calendarios,
preñó sin temor a sus vacas
y vio sus terneros correr,
y nada de esto dijeron
 y nada de gritos comprende,
lo jura mirando a la muerte,
que esto no sabe qué es...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Comentarios

  1. Magistrales tus letras ante tanta crueldad, bellísimo poema querido poeta, te aplaudo, un abrazo.

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