TARDE DE PERROS / Poesía de José Ignacio Restrepo




INHUMANOS


Lo más inhumano
que he escuchado hace años,
que tenga que ver con mascotas y con amos,
me lo contó un vecino hace minutos
y os lo traigo, vivo y tembloroso,
sus palabras llorosas y las mías
de ira almibaradas más que nunca,
para que toméis venganza en vuestras almas
y una palabra gruesa murmuréis,
mirando a quien os oiga, a quien os mire...
porque no somos nada...

Un poodle es arrollado por un auto
y queda malherido...
como puede llega hasta su casa
de donde lo dejan salir
para que no defeque u orine en las estancias,
pero nadie en su paseo le acompaña,
y por éso ha tenido este accidente...
pero,
a verlo llegar sangrante no le abren,
no lo dejan entrar
sino que cierran la puerta ante su cara,
él se queja, llora su dolor,
la gente como en tinglado se aglomera,
empiezan a gritar, 
llega la ley...

Atienden malamente al policía,
y dicen no saber nada del perro,
cosa que niegan adustos los vecinos...
corre peligro el animal sangrante
y el policía promete regresar
con algo más que un regaño...
se llevan corriendo al manso poodle
que en sus manos llora ahora cual bebé
que no sabe qué pasa.

Aún no sabemos el destino
de este perrito herido
que no tiene amos,
que no sabía manejar la calle,
y un viernes, sin saber cómo ni porqué
con mucha mala suerte
cayó mal herido en el asfalto,
de una calle cualquiera,
de esta sucia ciudad
llena de infames que se dicen gente.

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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