HASTA EN LAS MEJORES FAMILIAS / Poesía de José Ignacio Restrepo



DEBILIDADES


Tengo la piel levantada
en la uña con la que rasco mi espalda,
carne de espalda vencida,
ancha, fatigada, 
que ya cubre mal y sin culpa
el alma llena de mis sones muertos,
con cara de cierta y mal pagada,
alma si, pero de carne levantada...
Tengo pellejos cansados
de oír que los llaman por mi nombre,
y no por sencilla doctrina
a ver
qué le pasa,
dónde se ha levantado ese dolor,
qué infame ruiseñora
ha herido su canto ruiseñor,
y ya sale sangre emancipada
a buscar coronar tierra o acera,
no aguanta este colgajo
y su miseria,
casi siempre mirado como lepra
cuando solo es la piel
ya desgastada,
de un cualquiera que evita las miradas
y vende así más caro su dolor,
como algún emplumado ruiseñor
que vino a aterrizar a una baranda,
con puntas perfiladas en vil bronce,
y ha quedado sin culpa allí atorado,
maldiciendo a ese viento infame
y a su falta de tino,
y no quiere nombrar
que fue por hambre,
que todo lo que pasa fue por hambre,
no el viento,
no la punta y la baranda,
ni la piel levantada del poema...
y mucho menos por ella, la dadora,
la ausente y suficiente ruiseñora
que falta cuando es más necesaria,
mientras ve caer plumas de su cuerpo
extinguido a deshoras
y con más fuerza la nombra
pues no hay de otra...
para qué son los cielos de las aves
sino para hablar mal de los corrales
y bien
de nuestras bellas ruiseñoras,
acabada la vida
que persigue con alma, fe y murmullos
esa sangre furtiva,
cayendo hasta el final
desde la reja cautiva...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Comentarios

  1. Tus bellas letras llegan y penetran como dagas, cuantas verdades escribes, magistral querido poeta.

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