DONDE NO LLEGAN LAS MANOS / Poesía de José Ignacio Restrepo


FARDO CALLADO



De esos ojos cansados
que se mecían sin permiso
sobre las verjas clavadas en mi espalda,
puedo escribir sin pena,
sin temor,
años completos,
glosas sin comas, ni puntos,
ni renglón,
como en un rin de muchos boxeadores
sin un árbitro que sepa de las reglas
o pueda dominar por su tamaño
el ambiente viciado
entre el inicio
y el final del colofón.

De llevarlos sobre mi
como eccema latente,
y no poderlos quitar
ni aunque medie el deseo,
llevo el rostro de pan, las manos de marino
que sin muy bien saber
cómo pasa u ocurre,
saben de un mil oficios
que olvidaron lo otros,
que a nadie le enseñan 
por cuotas a las diez,
cuando riñe el olvido de todo lo prosaico
y se vuelve el ahora liso barro en las manos...

Larga fila de verbos cortando vieja tela
para cubrir los ojos,
los ojos que me miran,
y este caer de espaldas,
este lance de angustias
con cientos de conjueces sin labor conocida,
el día que se gasta en las retinas sueltas
por su hacer en la guerra,
por vender maleficios...
y ese vidrio en la cara
haciendo de anteojo,
ventana es que la llaman
mientras cae la lluvia...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
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