DEMANDO DE TANTA VOZ QUE HAGAN SILENCIO / Poesía de José Ignacio Restrepo


LAS GUERRAS TIENEN


La gota baja
por el polyester casi seca,
buscando algo más natural que la proteja,
teme quedar atrapada en la madeja
que tiene origen en máquinas sin nombre,
todo lo que sea industrial le causa miedo,
sobre todo si tiene su etiqueta puesta,
eso que ve en diputados y en regletas,
fuerza sin fe, estallido con mortaja,
la gota blanda de llantos afligida,
que tiene acento de patria y estamento,
esa llorada entre insípidos fermentos
de dolores trabajados en la noche
no encuentra lo que de humano rememora,
mano, trabajo, acuerdo,
cantimplora...

Te doy la seca y escondo la mojada,
en la primera tengo la sangre recordada
de esas caídas en pleno rostro puestas,
cuando aprendimos
de la tierra por lo abyecta,
y en la segunda,
los nombres de los sueños
puestos en fila de grandes a pequeños,
sombras amables recordando infancias,
pelos en trenza o en moña, que me dicen
como me amaron las amadas hembras
que han proveído a mi vida reglamentos,
prendas de fe, estancias, monumentos,
cantos de altares levantados tarde,
ambientes claros un martes de mañana
cuando salimos todos a la guerra
y era ese monstruo cavando entre los bosques,
sin pensar en los seres que alzaron este mundo
solo en la rancia oferta de poderes,
los dineros formando
las cruces que renuevan
la danza de los cristos malogrados,
estos que somos hoy
mañana entre la bruma y sus seis vientos
yaceremos sin vida,
por pelear defendiendo ese ideal
de lo humano, lo cierto y verdadero,
aquello que debía sernos
a todos sin distingo
natural...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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