DE LAS PERLAS CAÍDAS / Poesía de José Ignacio Restrepo
SECRETO A VOCES
Horas después,
aún rezumaba la
piel de ella dos mil olores,
y ese recuerdo acompañó sus días,
que fueron grises
también
y de colores,
que echaron largas, atónitas raíces,
formando entre su alma un
aposento,
hecho de tiernas huellas y sabores,
de la presencia suya entre
los otros,
y el trasiego del alma,
que toma de lo vivido su alimento...
Y él durmió atado a todo éso,
al mar sin nombre que brama en sus augurios
a las tres sombras de sus seis verdugos,
al menoscabo de no creer en nada,
ni en ella acaso,
también al remezo uncido del viento,
que le movia levemente las patillas,
y descansaba húmedo, reptando
en la barbilla partida ya desnuda,
pues la barba le quitó desde hace tiempo...
Seres viejos,
que saben ser la suma invaluable de los días,
todos completos como jauría ordenada y obediente
sin aplicar hervidos maquillajes
que podrían dejarles sin olvido
cuando de él precisen...
Oyes bien, forastero,
cuando la azada cae en el asfalto
rebota el talismán que allí alojaste,
y que está en su cuerpo embalsamado de matices
guardando el color ocre final de tu arduo atuendo
pintada en mal de ojo imaginario,
amigo de tu sola alma
y de ella fanal depositario,
la azada final que no verás
que viaja augustamente sin decir
en todo el caminar, y en cada paso...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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no nos saciamos nunca de esa cicuta con su porción de ambrosía... nunca me cansaré de adorarte
ResponderEliminar...y saborearla ante la marcha del tiempo, tomarlo por los segundos, estrujarlo, mientras te tomo a ti por el cabello, suavemente, para que lo sostengas aún más cerca...noble, noble, dulce y noblemente, como hace mucho entendí en juegos de hermanos, con ellas que de todo me enseñaron, y a tratar con amor a las mujeres...Qué más da, el sentido va, atorado...te devuelvo ese beso, en aguardiente...Bella Anabel, alondra adherida a un fiel cordel!!!!!!
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