SÍ HUBO AHORROS PERDIDOS / Poesía de José Ignacio Restrepo
DUALIDAD 
Y del silencio aprecio lo que dura,
que
 toda vida erguida, 
aunque yazga midiendo argot de soles
o sombras hace rato idas, 
merece ser 
mirada sin desdén, 
por más que sea un pez
o algún alerce herido 
con el 
hacha del triunfo, 
o el guía medio erguido y vagabundo 
que ha perdido sin paz el dón 
del ciego, 
ese regalo de ver para su adentro mudo, 
que lo hace bendecir el infortunio 
como una orden agraciada y torpe
del hacedor de 
mundos...
Gracias doy a la calle, 
a la mujer recordada 
y a la cita que no llegó a pasar,
el retal es recuerdo de algo bello,
y las sales derramadas, mares,
viajes en barcos que nunca se hundieron,
 el
 dedo entrando sin misterios en el ojo, 
para sacar rotas redes o palillos, 
que
 mi extranjera mirada puso allí, 
dada su inmensa y tenaz filantropía, 
pongo remiendos con un hilo fuerte
a la perdida inercia que me sirve
para encender de nuevo sin reñir
esa mirada del enigma tuyo y mío...
 Sí,
Yo me despierto con el ojo 
herido, 
como bandido que perdió su feo rumbo, 
para encontrar la bies, 
el
 hilo que ata cabos a su sino,
la perdición que me trae obsequios puros,
el trabajo adherido a alguna piel,
a unos ojos rasgados sin memoria,
a una secreta alforja algo vencida,
pero no rota,
intacta pese a todo,
entonces vale ahora prometer,
sí he llegado al siguiente día vivo,
una oración por la reina de los mares
que se secaron sin verla,
sin tenerla,
sin tenerla,
igual que llego yo hasta este portal
ignorante de a dónde, a quién llorar,
sin poder preguntar después de todo,
sobre la siguiente estación de mi destino...
sin poder preguntar después de todo,
sobre la siguiente estación de mi destino...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©



Comentarios
Publicar un comentario