TODAS LAS SEDES AL AGUA / Poesía de José Ignacio Restrepo


 
 
PERPLEJIDAD



El fasto esplendoroso de su visión de vidrio...
El anís alocado forjado en su paladar
muchas veces forzado a ver pasar
la comida de vuelta,
y la dispensa,
por que todo lo ya hecho
pagó cuentas...
El valor,
de entregarse abierto y sin pudor
a un mundo que ya lo sustituye,
por fragmentos de vidrio hecho en taiwan,
contrario a lo mentado en el Corán
o en cualquier otro depósito de antiguos,
sublimados, intensos logaritmos
que ya pese al esfuerzo
nadie entiende...
Lo miro con mi más hondo respeto,
sobreviviente ileso de otros tiempos,
nacarado ante el sol que no amedrenta
su fiel capacidad de hacer la fiesta
en la banca umbría
de algún parque,
sin nombre como él,
producto de la insana circunstancia
de ya no respetar el paso ajado
de los segundos, su orden, su contexto,
y convertir lo hecho en lo previsto,
lo por hacer en plan si se presenta,
y aquel recuerdo
entrante, revejido,
en un posible juego en su memoria,
que no es ya su historia,
porque el desvío se hace principal,
siendo todos caminos...
¿Te irás?
Y como si me oyera alza la cara,
sonríe como un mago en vacaciones,
preguntando a mi rostro si le hablaba,
preguntando,
viejo hermanado del mundo,
que vienes de visita por las calles
sin que podamos verte
pues te echamos del mundo,
antes de que te fueras
tiernamente...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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