TANTA SUMA SIN RESTA / Poesía de José Ignacio Restrepo




ECUACIÓN


Testimonios de vuelcos sazonados
entre moles inmensas que se caen
cuando hallamos la mano,
la cejijunta mano que trazaba
saladas y endulzadas 
tardes solas,
tejiendo sin dolor anomalías
atadas e invisibles a mi nombre,
el nombre del poeta,
el creador,
que se pasa los días y las horas
haciendo de conserje a la palabra,
para que entre y salga
si bien quiere,
cuando su buen latido lata y quiera...
Ay amor del obrar y del decir
en una línea larga,
metido entre un costal
haciendo luz
al fuego delator de la palabra,
con los ojos gastados como mechas
y la voz inflamada sin hablar
siendo sin alcanzar en cada instante
 el candil increado entre el rastrojo,
sin un mapa de entrada o de salida
y sin perder el rumbo,
ay amor,
en dónde decidiste,
en qué nublado abril de qué año triste,
convertirte en mi amigo resabiado,
en mi cumpay de hoy y todo lado,
para traerme ileso lleno de sangre,
con todos los motines interinos
que se quieren narrar
públicamente,
dime,
porqué te tengo cerca y alejado,
porqué te llevo adentro y en las manos
y solo puedo hablarte entre rumores,
y en estas consternadas ablaciones
donde todo supura
y está sano... 

Si quisieras venir 
yo te doy casa,
si de hambre te quejas
tienes para tus ganas mi nevera,
y la luz de este cielo adolorido
te la cedo sin más querido amigo,
pero háblame un poco,
no me dejes cantando
esta ecuación,
como si fuera yo más de uno solo,
el que dice y que oye lo que dice,
uno más del montón,
limpiándose
en su turbio
corazón.


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Comentarios

  1. Gracias hermano por volver y por volar en tu interior con la musica del amor. Alegras nuestros corazones y mueves muchas almas. Te amo.

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    1. Ah, Luce, no se pierde tiempo al ir para volver, si hay nuevas fuentes de agua y ecos mejores, verdaderos, al antiguo y necesario evangelio de vivir...Siempre bienvenida hermana, gracias por tu palabra amorosa...

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  2. Precioso poema, profundo y lleno de reflexiones.
    Hay una ecuación incierta que nos lleva y nos trae en montonera y nunca sabremos dónde ni cuando...
    Sigo tu poética, desde ahora.
    Saludos desde el norte.

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    1. Ay amor del obrar y del decir en una línea larga, metido entre un costal haciendo luz al fuego delator de la palabra, con los ojos gastados como mechas...bien lo dice el poeta, no es ningún arcipreste...él también es un viento subyugado con un vidrio en su mano removiendo la luz...Gracias Ceciely, por venir y dejar tu saludo cálido...Eres siempre bienvenida...

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