CANTARES / Poesía de José Ignacio Restrepo

VAGABUNDO


Que tienen esos ojos de cansancio
si son jóvenes, si son bellos
como otros,
quizás el arco hundido o las dos cejas
con algunas canas ya
sin estar viejas,
más bien son los recuerdos allá atrás
en los pasillos del cerebro
de anticuario,
que como pecera vacía con mil huesos
le rememoran vida muy antigua,
que parece ser suya,
por ajena.

Esa guitarra que lleva
atorada a la espalda,
que canta a veces cuando él la deja,
parece consentir en su descanso
que el vagabundo tiene sentimientos,
ordenados, fugaces, manifiestos
de momentos felices
que pasaron,
y luego a su pesar 
le abandonaron,
como nos pasa a todos,
sin quererlo.

Y las hojas del viejo calendario
tiradas sobre el suelo
y en desorden,
diciéndole a los vientos
nuestros nombres,
igual que le repiten a sus ojos,
viejos, enternecidos, azarosos,
lo que se tarda el tiempo
en comprender
cómo hilan los días su quehacer
 sobre el camino alargado que pasamos,
ese jardín tejido en flores secas
que reverdecen sin embargo,
cada que allí posamos
nuestros pies.

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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