TRAS EL GOLPE DEL HERRERO / Poesía de José Ignacio Restrepo


AMPOLLADO


Y fue verlo venir
el síntoma,
para luego caer sobre la reja
con todas esas costras que ya llevo
levantadas,
ardiendo,
igual que leí sienten alguna vez
los que cargan la lepra sobre si
pero también todos los testigos,
el hedor de la vida,
la perenne madeja de dolor
ensartada en el hálito maldito
de ese deber ser de llegar vivo
para morir
sobre el último latido...

En el rostro dormido por andar despierto
recibí el golpe de la reja
pero ya venía sumido en somnolencias
dejadas a mi afán por cientos de años
en la piel niña aun a los cincuenta,
luego todo calmose entre la bruma
de no poder decir
ni aun sabiendo
qué es eso de ser el propio síntoma,
qué cosa significa
que el mundo se convierta en la baranda
donde andan tus pasos
instintivos,
con lo ancha que puede ser la calle,
funámbulos del alba hasta la noche,
y si ese peligro desabrido
de irte golpeando así de fácil se hace visible
cada que pones nombres a las cosas,
se cumple hoy que levantas a solas
esa barrera de pobre cuasimodo
que lleva el tono de angustia
de la muerte
marcando el derrotero de su sombra,
qué te puedo decir...

Es que no hay lucha que sea bienvenida
ni sufrimiento vestido de placer,
hay que decir la verdad
aunque nos duela,
llegamos a servir un cruel poder
que es acéfalo como todos dicen
apenas porque intacta la cabeza
de mil haceres,
decires,
potestades,
no puedes ver...
desde aquí donde estás no puedes ver,
eres brazos, o boca, o ano puro,
sirves para el reclamo
que es dolor
cuando otro que te escucha se alimenta
de eso que te dice tú no ves,
esa vana virtud
que a él lo alienta...
tú ya sabes que todo es una lona
con la farsa pintada para ver,
y atrás está la quema,
la sangrada llanura donde no hay ya siembra
ni la hubo nunca...
El síntoma,
acantonado entre tus ojos como soldado malherido,
señalando el camino donde ver,
y callando esa maldita vocación tuya del alma
que ponía colores sin razón
a lo que de raiz traía su negro,
y un pizarra decaído, un gris de asilo
atado por los bordes,
para dejar noticia,
una poca,
del paso de una herida virtud.


JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

Comentarios

  1. Que te puedo decir?? Sabes por que estoy aquí?? . Porque puedo. Poque quiero y puedo. No sucede todo el tiempo. Me desapareciero todos los blogs que sigo. La máquinas tienes corta vida útil. Te admiro y quiero igual que siempre.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tú como todos, como mi mujer, como mi madre tienen culpa en que siga vivo...llevo horas, hoy, mirando de soslayo la cuerda...Besos...

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares