GUERRAS DE SAL / Poesía de José Ignacio Restrepo






LA MADERA VIEJA

Qué es lo que tiene la casa entonces
que desde tan lejos viene,
no un lugar no la malinterpretes,
miro eso que mi boca se pregunta
pero más allá mi tacto adormecido,
viril opaca muestra de mi sino
fatal y resabiado de palpar,
que no iguala el terco violinista
que a sus cincuena años renegados,
no aprende aun a tocar
con sus dos manos
esa madera,
esas tensas cuerdas,
con llaves que les dice a qué sabe
lo agudo o lo grave,
el tiempo o la sal,
mediano singular el firmamento,
de todos el sustento,
menos de los que reptan sobre el suelo,
o vuelan sin saber lo que es volar...

Ventana que me miras,
yo te miro sin medirte ni juzgarte,
recordando quizá lo irrecordable,
las manos delicadas de mi madre
con un cuchillo de partir la carne,
el padre acostumbrado a la violencia,
el yugo que se rompe,
heridas serias,
la llamada, la cárcel, el hospicio,
las rentas no pagadas, infortunios,
el perro que no vé volver a nadie,
el banquero que ignora qué se roba,
la familia que huyó tras la dedicha,
el invierno del caos,
veinte años...

Madera incorruptible, anciana,
puertas que no se doblan ni se callan,
paredes con los nombres de los niños
que hurtaron fibra noble
con el filo
inmensamente hermoso, yo lo sé,
de la navaja por todos compartida
en los juegos de tres,
quizá una vida,
que se quedó en la fronda desangrada,
secretos en la quema que hortelana
vivía y se moría
justo ahora,
madera del cuartel de mi memoria,
que tienes qué decir,
hoy que volví...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Comentarios

  1. Excelentes son tus versos, geniales y profundos, qué más puedo añadir a tus bellas letras que tanto dicen, sublimes y con una imagen preciosa. Gracias querido poeta por tus maravillosas letras que saben llegar. Un abrazo.

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    1. Un placer Loly, gracias a ti por tu lectura y sentimiento, que acompaña mi quehacer creador...

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