LAS HORAS DE LUZ SE GASTAN / Poesía de José Ignacio Restrepo



FLORES SABIAS



La fe que profesa el jardinero, 
trabajando cual juglar de tierras, 
mientras pasa la tarde y ve hacia arriba, 
como se le agolpa el cielo, 
como la gente que cruza por la acera 
abre aún sin llegar las breves gotas, 
coloreadas sombrillas,
es la ciencia juiciosa que remece
su labor cancerosa,
que sonríe si tiemblan sus rodillas
pues labora en cuclillas...
Él descansa los dedos, 
canta y calla,
ni siquiera repasa por las nubes, 
pues ya tiene el tiempo recortado
y el amor es quien cuenta en su labor, 
que se llama verano 
nunca invierno,
mientras pasa los dedos extasiados
y descansa las yemas en las flores, 
que de él no se quejan, 
de él no...
Pasa el rato, 
el firmamento nuevamente se hace claro, 
dejar de sonar golpes de cielo, 
las personas no miran hacia arriba...
se detienen a ver aquel jardín, 
que en perfectas simetrías de colores, 
ha dejado el sencillo jardinero, 
que hace un rato se fue, a buscar la ducha,...
Cuando ella regrese de su día, 
estará como un lirio recién hecho, 
como un querubín ya rescatado, 
de la tierra y el cielo...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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